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¡Eh! ¡EH! ¿Quién ha apagado las luces? |
Lo que no es normal, es que a estas alturas sigamos con cierta falta de sentido común. Cuando eramos unos críos, debo suponer que nuestros padres, así como la escuela y gran parte de nuestro entorno ayudaron a que madurásemos "apropiadamente"; a que tuviéramos cierto sentido común, criterios sólidos y con bastante fundamento y, en definitiva, saber distinguir lo bueno de lo malo. Y así también con otras características. Pero ¡ay!, pobre de mí. Más quisiera yo que esto fuese tan fácil como yo lo veo.