Dani's Misadventures (II)

¡He ganado! ... espera, ¿qué he ganado? Da igual, ¡full of win!

Han pasado tantas cosas... ay, me siento nostálgico. Desde la primera entrada que hice en honor a mi buen amigo Daniel, ahora me siento un poco como vacío por dentro. Básicamente porque desde entonces han pasado tantas cosas (y tan pocas, también) que ya no sé que escribir aquí que ya no se sepa o sea algo totalmente nuevo que aporte una pizca de razonamiento para su causa. Lo que sí, me veo en obligación de abrirme un poco más y plasmar ciertas teorías y sentimientos que ahora florecen con el paso del tiempo.

En primer lugar, diré que no todo anda perdido. El cachondeo continúa bastante firme entre nosotros los del "grupillo". Anoto también que han pasado ciertos What The Fuck (con todas las letras) con el paso del tiempo... pero son ya tantas que si tuviera que ponerme a enumerarlas no termino en una sola entrada. Tampoco tengo el cerebro en activo como para acordarme de todas, claro. Podría provocarme un corto-circuito y freírme todo el parietal izquierdo, así que mejor no. Ahora mismo la última nueva es que el muchacho hizo amago de volver a tener conexión a internet. Robada, por supuestisimamente (aunque yo no soy quién para opinar). Al contrario, servidor andaba contento con su vuelta a las andadas. Aivá, ¿he dicho "andaba"? Claro, resulta que su línea robada no duró ni un suspiro y terminó por bloquearsela. Lo peor de todo fue el poco uso-abuso de la misma... y por consecuente, no hay que olvidar que en definitiva se olvidó bastante de nosotros como de costumbre. ¿Malos hábitos anyone? Seguro que en defensa de Dani, la culpa es nuestra *.neh*

Luego entra en juego, de que el muchacho hizo un viaje bastante extenso a Valencia. Y adivinad: Ni despedidas, ni informar de su partida, ni nada de nada. Vaya, hombre. Gracias por contar con nosotros. Resulta también que uno se preocupa por el resto de la humanidad, pero si lo haces, te conviertes por extrañas razones en su hipotética madre. Su respuesta, tras preguntarle sobre el viaje (como primer punto) fue: No es de vuestra incumbencia lo que yo haga o deje de hacer. Typical Dani. Pero bueno, el que desee visitar a su novia o no eso no interfiere en absoluto a nuestra relación. Básicamente siempre tiene que ver con su actitud y su modo de hacer lo que esto haga que se vaya quebrando la cosa.

Por otra parte, está el tema monetario y el como lo gestiona. El chico abogaba por un portátil nuevo. Es comprensible si su antiguo PC iba en silla de ruedas y con gripe por más de un año. Desde luego, totalmente comprensible. Pero yo apuesto a que lo que más desearías en ese momento es volver a tener línea y volver a verte con tus amigos de siempre, pasártelo teta con ellos, conversar, jugar, etc. No, el chico lo que hizo básicamente es gastar todo su poderío económico en un portatilazo obviando todo lo anteriormente dicho. Y ya no solo eso, si no que ni siquiera es capaz de meterse 10 míseros euros en el teléfono móvil para contestar a nuestros mensajes. Me temo que la respuesta ya os la imagináis: Lo que yo haga con el dinero es cosa mía. ¿Desde cuándo dejaste de ser un muchacho de corazón enorme, preocupado por tus semejantes y de un afecto inimaginable a ser un total ególatra, superfluo y más cerrado que una caja fuerte del Central Bank? Por más que lo pienso, no encuentro respuesta a esa pregunta.

En ocasiones se deja caer por el MSN, pero lógicamente y a mi forma de ver no por nosotros. Normalmente suelta cuatro chorradas y ahí os de un negro en celo. Yo lo siento, pero lo veo así. Y a pesar de las alternativas y sugerencias que le planteamos entre todos, cada vez se torna más negra la situación. Apenas se conecta, cuando lo hace ni siquiera nos dirige la palabra y es tan frío como un cubito de hielo en pleno invierno.

Y ahora viene la parte come-cocos. En ocasiones, me pregunto si nuestra actitud y las bromas que han ido surgiendo (a parte, por supuesto, las trifulcas) han tenido algo que ver en ese cambio de comportamiento tan brusco. Pero luego uno echa la mirada atrás y se da cuenta de que toda esta movida no la comenzamos nosotros. Tal como detallaba (creo) en la primera entrada de Misadventures, tiene que ver con su primeriza desaparición más luego su reaparición. El chico ya vino cambiado de serie. Pongo la mano en el fuego de que yo nunca he tenido intenciones de perjudicar u ofender, pero que también me he ido planteando esa posibilidad. Aun así y a pesar de todo, cuando he tenido que pedir perdón, lo he hecho. Uno no se baja los pantalones porque sí. Si lo hace, lo hace con un buen motivo.

A pesar de todo, ahora empiezo a echar de menos todos esos buenos (y malos) maravillosos momentos. ¿Qué ha sido de Dani? Pues no lo sé con certeza. ¿Volverá algún día a ser como era? Ojalá. ¿Podremos alguna vez hacerle cambiar de parecer? Incluso siendo todo lo maño que es, debe de haber una forma efectiva.

En definitiva:  Por más pelos de razonamiento que intentemos plantarle, seguirá siendo nuestro calvo por los restos. Solo esperamos que madure ese comportamiento y dé fruto a nuestro antiguo Daniel, cachondo mañico de día y buitrardo de pecho azulado de noche.

PD: Ojalá también funcionase algo contra las vomitonas de Arles, pero me temo que es un caso imposible de parchear. XDDD