"Long live the fighters!" Y su modo 'misterioso' tan molón. |
Bueno, vale. Miento cual bellaco. Todo eso es muy fascinante. Pero el título que da luz a esta entrada, juntamente a la foto que le da pie, viene por una simple y sencilla razón: El futuro. Porque ¿quién no se ha preguntado alguna vez qué será de nosotros en el futuro? ¿Qué puede ocurrir más allá de nuestro tiempo presente? Seguramente muchos de nosotros hemos dejado volar el pajarillo encerrado en nuestro coco, ese tal llamado imaginación y nos hemos puesto a vislumbar cientos o miles de espacios temporales futuros, todos ellos a cada cual más caótico y/o irrisorio. Amén.
Muchas veces me pongo a pensar en éstas cosas. Qué puede ser de mí en el futuro. O de la humanidad. O de la vecina del cuarto segunda que a ver si algún día para de mover muebles por su casa y me deja en paz. No lo sé. El caso es, que por muchas vueltas que le dé, no podemos saber con exactitud que hechos podemos predecir ni que acontecimientos, por ejemplo, poder evitar. Quizá un día de esos te levantas tan contento de la cama y una desconocida te llama diciendo que anda preñada por culpa de esas copitas de más hace ya meses en una de tus múltiples juergas, o como terminar ganando la loteria cuando pensabas que eso no eran más que patrañas. Y ya no es el mero hecho de predecir o vislumbar el futuro sobre cosas personales, si no de otras personas. Imaginaos que en uno de vuestros viajes mente-temporales observáis muy vivamente la muerte de un familiar o amigo cercano. Debe de ser completamente horrible. Pero claro, intentad poneros en la piel. Imaginad por unos instantes *suelta el pajarillo* que tenéis ese tipo de poder. Imaginad, por un solo momento, que ante vosotros teneis ante las narices el destino de todo un santísimo mundo perdido de la mano de Dios. Sí, exacto, ahí, a mano derecha de la Vía Láctea, tomando la curva de Andrómeda y todo recto.
¿Qué cruel destino te otorga tan despreciable poder? Bastante tendría yo en pensar en mi mismo y en los que me rodean, casi sin saber nada de ellos, como para que sus propios futuros y destinos sean verdugos de mi mente. Pero volvamos a lo que nos interesa.
El futuro es un gran misterio. Aun cuando eres capaz de preveer casi con exactitud algo, todo se puede tornar negro o blanco con tan solo un chasquido de dedos. Si es así de sencillo, ¿cambia en algo que pueda conocer el futuro? En absoluto. Incluso el silencio más denso en medio de una conversación puede suponer/significar un ligero cambio en el futuro. Las acciones que emprendemos ya de por sí suponen numerosas vías futuras, ya sea andar correctamente o tropezar en el suelo, sacar las tostadas unos segundos antes que después, votar X o Y partido político... o decirle a tu novia que hoy luce una buena pantalla LCD en su trasero.
En realidad, el futuro, a parte de ser misterioso, traicionero, beneplaciente, augurero... también da un poquitín de miedo. Se pueden forjar futuros, se pueden destruir, moldear o incluso crear varios en uno mismo. No, no me he vuelto loco. Porque veréis, de futuros no solo hay el que existe y persiste, también están nuestros futuros idealizados. Futuros que son posibles o imposibles, probables o improbables, o simplemente futuros aleatorios. Todo ello, por supuesto, a través de nuestra humilde imaginación. Pero...
Stilgar - "¿Que ves... cuando te alejas así, Moab'dib? Dime, ¿adónde vas?"
Paul - "A muchos sitios, Stil. Muchos caminos... muchas opciones..."
Stilgar - "Y, ¿son buenas o malas?"
Paul - "A veces es difícil saberlo."
Stilgar - "O son opciones buenas, o malas."
Paul - "¡Tú nunca tienes miedo, Stil!"
Stilgar - "Je, ¿de las tormentas?"
Paul - "Del futuro."
Stilgar - "El futuro, Moab'dib, es lo que es."
Y es que yo no lo habría dicho mejor. A pesar de todo, el futuro, es lo que es.
En el futuro, dispondremos de microagujeros negros para hacer nuestras necesidades, de cápsulas alimentarias y de teletransportadores de bolsillo...
ResponderEliminarA no ser que un buen champiñón nucelar nos vaporice antes.